En los años 80, el futuro de Dany Delmas parecía estar trazado: iba a hacerse cargo de la estación de servicio de sus padres. Pero como hombre de ideas y ambición, no se sentía atraído por esa vida. En su lugar, decidió seguir su pasión por la innovación y la creación. Y así comenzó una historia que marcaría una auténtica revolución en el mundo de la elaboración del vino.
Dany no es de los que se limitan a un papel predefinido. En lugar de seguir el camino marcado por su familia, se embarcó en una serie de proyectos, cada uno más creativo que el anterior. Empezó distribuyendo objetos que compraba en subastas, y luego pasó a inventar productos útiles. Uno de sus primeros éxitos fue el Pivitub: un revolucionario tutor para viñas sin agujeros ni muescas. Él mismo fabricaba las piezas en un taller improvisado, creando soluciones sencillas pero eficaces para los viticultores.
Después diseñó el Rapid'Attache, del que vendió cientos de miles. Crear era algo más que una pasión: quería ayudar a sus amigos viticultores a trabajar mejor, más rápido y sin dolor.
Todo llegó a su punto álgido cuando, tras un partido de rugby, un viticultor sugirió a Dany que creara una alternativa a los tractores y compresores para podar las viñas. En aquella época, la poda se hacía a mano o con tijeras neumáticas, que resultaban engorrosas. Al día siguiente, Dany empezó a pensar en una solución.
Imaginó una podadora con batería eléctrica integrada, una idea que nunca antes se había planteado. Se rodeó de socios industriales para encontrar las piezas que necesitaba para su invento (batería, cuchilla, gancho, etc.), pero también de personas de confianza, entre ellas Serge Dubosc, entonces responsable de innovación del CRCI Midi Pyrénées.
En 1985, Dany Delmas hizo una primera demostración de su podadora eléctrica (a la que llamó Electrocoup) a los viticultores de la región de Gaillac. Aunque el prototipo era mejorable, su potencial era impresionante. Aún pesaba demasiado, pero los viticultores reconocieron el valor de la innovación. Era un primer paso hacia una revolución en la poda de los viñedos.
Reservó un pequeño stand en Sitevi 1985, donde el Electrocoup ganó la Palma de Oro a la innovación. La víspera de la inauguración del salón, France 3 Région invitó a Dany a hablar de su invento y éste hizo una demostración del funcionamiento de la herramienta y de la limpieza de los cortes. El día de la inauguración del salón, la respuesta de los profesionales fue increíble: todo el mundo había oído hablar de las tijeras de podar INFACO y quería comprarlas.
Dany decidió vender sus existencias en la región de Midi-Pyrénées para poder seguir atendiendo a los clientes y el servicio posventa.
Dany siempre ha reconocido que el éxito de sus inventos no habría sido posible sin un poco de suerte, sobre todo al encontrar a las personas adecuadas en el momento oportuno para hacer realidad sus ideas. Pero más allá de la suerte, la perseverancia y el deseo de ayudar a los viticultores han sido los verdaderos motores de su aventura.
Hoy en día, INFACO encarna esta mezcla única de creatividad, innovación y deseo de ayudar a los profesionales a trabajar de forma más eficaz.
En 2025, tras 9 generaciones de tijeras de podar (entre ellas la Electrocoup, la F3010, la F3015 y la F3020), INFACO celebra su 40 aniversario. Si, como Dany, crees que las mejores ideas son las que hacen avanzar el mundo, sigue nuestra serie de vídeos exclusivos. Nos vemos en unos días para el segundo episodio.