Aunque hoy en día la podadora eléctrica se considera la herramienta de referencia para la poda profesional -en viticultura, arboricultura, olivicultura y espacios verdes-, ¡no siempre ha sido así! La invención de la podadora manual se remonta a 1810.
Fue Antoine François Bertrand de Molleville, ministro de Marina y Colonias de Luis XVI, quien hizo historia con su ingenio e inventó las primeras tijeras de podar manuales a principios de la década de 1810. Hasta entonces, las viñas y los árboles se cuidaban con ganchos de podar y otras pequeñas tijeras de podar de bolsillo, lo que requería mucho tiempo y energía. A su regreso a Francia en 1814 (tras huir a Inglaterra durante varios años como consecuencia de la Revolución Francesa), presentó su invento a los profesionales de la poda y la noticia corrió como la pólvora a través de las fronteras.
Hacia 1850, la mayor parte de Europa y Estados Unidos estaban equipados con tijeras de podar, que siguieron mejorando con el tiempo.
La historia de las tijeras de podar no termina ahí: la herramienta se aligera, se optimiza para ofrecer más potencia y se solidifica con materiales más adecuados, hasta 1984, año que marca un punto de inflexión en el desarrollo de las tijeras de pod ar. En efecto, fue en ese año cuando Daniel Delmas inventó en Cahuzac sur Vère, en su Tarn natal, la primera podadora eléctrica del mundo. Una innovación sin precedentes, este descubrimiento marcó el punto de partida de toda una nueva generación de tijeras de podar desarrolladas con el objetivo de hacer el trabajo de poda más agradable, menos físico y más rápido.
Al primer modelo de la marca "ELECTROCOUP" se le añadieron numerosas características y mejoras a lo largo de 9 generaciones de tijeras de podar. Ahora a la vanguardia de la tecnología, la F3020 es mucho más ligera, más potente, más compacta, más fácil de manejar y más segura que todas sus predecesoras. Evolucionando con los tiempos, las nuevas tecnologías impregnan las últimas tijeras de poda INFACO, que ofrecen la opción de una caja conectada vinculada a una aplicación móvil para seguir el progreso de la poda directamente en Internet. El objetivo, por supuesto, sigue siendoofrecer una satisfacción aún mayor a los numerosos usuarios de todo el mundo.
Más de 200 años de desarrollo no han dejado de facilitar el trabajo de los profesionales de numerosos campos, al tiempo que han hecho más rentables sus explotaciones. También han cambiado radicalmente las costumbres y hábitos de trabajo, impulsando a cada generación de sastres a optimizar sus técnicas a lo largo de las décadas.
