En viticultura o arboricultura, el atado (o atado, o plegado según la región) es una práctica habitual. Responde a ciertas normas y es especialmente útil.
El atado, o plegado, es el arte de unir las plantas de un árbol a soportes (tallos, tutores o alambres) para mantenerlas en posición y garantizar así una distribución homogénea de los frutos. Ya sea manualmente o mediante una herramienta mecánica o un dispositivo eléctrico automático, el profesional atará las ramas a un soporte mediante lazos. Estas ataduras deben ser lo bastante fuertes para durar toda la temporada, pero lo bastante flojas (sobre todo en los frutales) para permitir el desarrollo de las ramas.
Etapa importante de la viticultura, el atado se realiza generalmente después de la poda, entre febrero y abril. Gracias a esta acción, los racimos se distribuyen mejor y se benefician de una mejor exposición al sol. En pocas palabras, optimiza el crecimiento y la maduración de los frutos. Correctamente atada, la planta permite una cosecha más uniforme y facilita la recolección tanto manual como mecánica.
Existen diferentes tipos de atado de la vid, en función del tamaño de la cepa, de la técnica de producción elegida, de la región o del país y de las condiciones climáticas:
El atado de los árboles frutales es una técnica de gestión de los huertos que sólo se utiliza en algunos casos, como las frambuesas, los kiwis y los arándanos. Al igual que en viticultura, la espaldera guía el crecimiento del árbol para optimizar la producción y la calidad de la fruta recolectada. El atado también ayuda a limitar el hundimiento de las ramas bajo el peso de la fruta y a distribuirla uniformemente para mejorar su maduración.
Disponible a partir de la temporada 2023-2024, INFACO propone la AT1000, su nueva atadora. Promete grandes innovaciones en el sector del atado. ¡Todo cambia! La empuñadura ergonómica es idéntica a la de las tijeras de podar, en lugar de tener forma de "pistola", la boquilla es fija y tiene una amplia abertura que se adapta a cualquier tipo de atadura, la máquina es rápida de montar y fácil de utilizar, la bobina es fácil de cambiar, la maxi bobina ocupa muy poco espacio, y hay una batería extraíble e intercambiable para los trabajos que implican más de 8.000 ataduras al día.
La poda y la atadura son dos técnicas inseparables, sobre todo en viticultura. Son determinantes y complementarias. INFACO, al lado de los profesionales, lo ha entendido perfectamente y propone un par de herramientas fiables y rápidas:
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